Imagen de una ilusión, fundamento de una acción para cambiar el futuro del mundo
Junio de 2010. La Conferencia Internacional de Jóvenes: Cuidemos el Planeta que se celebraba en Brasilia, parecía una torre de Babel entre tantas lenguas y voces mezcladas, entre tantas etnias y culturas juntas, entre tantos colores y olores diferentes, entre tanta ilusión por cuidar el planeta. En definitiva, fue una gran fiesta donde una comunicación llena de creatividad manaba constantemente, un evento en el que la juventud dio una lección al mundo sobre cultura de paz y ciudadanía planetaria. Esta ilusión de diálogo se puso a prueba en varios momentos. Sirvió para resolver la tensión que surgió cuando la delegación estadounidense pasó por delante de la delegación palestina que disfrutaba tamborileando su derbak; miradas, gestos, incluso amago de retirada. Sin embargo, la delegación brasileña hizo de mediadora invitando a la palestina a continuar con su fiesta y a que todo el mundo se sumase a ella lo cual supuso el fin de la tensión. También se mostró entre las delegaciones de Rusia y Georgia, países con un fuerte conflicto diplomático, que compartían la misma habitación. Acabaron trabando una fuerte amistad y adquiriendo el compromiso de hacer que sus países dialoguen más y mejor. Algunos de los asistentes tuvieron que realizar un gran esfuerzo para estar allí. Sabemos de algún joven hindú que tuvo que viajar tres largos días en un tren para llegar a la capital, Nueva Delhi, para unirse a otros siete jóvenes, para volar durante 36 horas hacia Brasil. Era la primera vez que se montaban en un avión.
Como éstas, se podrían componer más de 350 historias, todas las de cada uno de los asistentes que acudieron a Brasilia a dialogar con otros jóvenes del mundo para entre todos salvar el planeta.
Parece una la leyenda pero fue así…
Corría el año 2003. Marina Silva había sido nombrada Ministra del Medio Ambiente por el presidente Lula da Silva. Se cuenta que un día Marina estaba en su hogar estudiando el proyecto de la I Conferencia de Medio Ambiente. Su hija quería saber qué era aquello que le robaba tanto la atención. Marina le explicó que se trataba de una Conferencia donde las personas hablaban y aportaban sus ideas para influir en las políticas públicas con el fin de mejorar el medio ambiente. Según parece, la hija preguntó:
- “Y las niñas como yo ¿podrán dar su opinión?”.
[...]
Artículo completo en: http://www.marm.es/es/ceneam/2012-01-confint_tcm7-186934.pdf.
No hay comentarios:
Publicar un comentario