lunes, 2 de diciembre de 2013

Marcén, C.: Socioecología y algo más: ensayos en clave educativa

Nuestro querido amigo, colega y colaborador sabio Carmelo Marcén acaba de publicar Socioecología y algo mas: ensayos en clave educativa.
Total y absolutamente recomendable.
El libro, que recoge 100 artículos publicados por el autor en el periódico “Heraldo de Aragón” a lo largo de los últimos 5 años, comienza dando razones para romper el silencio social que se ha hecho cómplice de la desafección ambiental. Uno tras otro va desgranando varios “recuerdos dispersos de ecología distraída”, que no son sino una especie de almanaque del pálpito ambiental de los últimos años. Entre todos componen una mirada crítica de ecología social.
Por eso homenajea en primer lugar a la Madre Tierra, a sus ecosistemas cada vez más maltratados por economías insostenibles que provocan millones de refugiados del territorio. Recuerda que el agua del presente es el argumento del futuro, que se plasma en un derecho humano que todavía está pendiente para mucha gente. Se pregunta si las energías renovables no pueden ser las que nos aseguren la actividad social, lamenta la desmemoria nuclear que solo se refresca con catástrofes como la de Fukushima. Critica las nuevas ansias privatizadoras de los espacios naturales de nuestras administraciones, el incumplimiento de compromisos adquiridos para la gestión ambiental y su olvido de la sostenibilidad.
Se atreve a proponer un paseo por la socioecología cotidiana de la mano de la ciudadanía ambiental. Se encuentra con fracasos como las cumbres por el clima, despistes como los estilos de vida consumista que amenazan la sostenibilidad ambiental y la equidad social. Habla de forma pausada de la gestión de las basuras y el papel. Se preocupa de la salud ambiental, de la necesidad de articular un recambio climático que nos libre de los malos humos de cada día. Pero siempre clama por construir entre todos un futuro ambiental con compromiso.
La segunda parte de este libro trata de educación, de la educación ambiental en primer lugar. Una y otra vez recuerda que la primera tarea de la educación, de todo tipo, es agitar la vida con pensamientos. Por eso insiste en hay que valorar la biodiversidad, la vulgarización de la ciencia cotidiana, a la vez que potenciar los matices que pueda tener la ciudad educadora en Europa, o critica esas ciudades esparcidas por el mundo pobre que tanto maltratan a la infancia. Repasa las deudas del cambio educacional en España, el empuje vital del medio rural y su sombrío porvenir actual por falta de escuelas. Se acerca de una manera íntima, no podría ser de otra forma tras 40 años de maestro, a los pequeños detalles de la educación. Por eso sufre con las turbulencias que ahora la invaden. Aunque fracase mil veces, la conciencia le dicta al autor que hay que seguir insistiendo en la búsqueda del bien colectivo. Lo impulsa la idea de que el fluir de la ecología y la educación es como esa agua de río de la que hablaba Leonardo da Vinci: la del momento en que lea estas líneas es la última de las que fueron y la primera de las que vendrán. Todas son necesarias en este caudal que es la vida.
Entrevista a Carmelo Marcén en el Heraldo de Aragón«El clima en las aulas, si sabes ventilarlas bien, es bueno»

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